jueves, 1 de abril de 2010

Una pieza de mis tropiezos

Me encuentro sentada de forma erguida, en el comedor. Sostengo el tenedor con la mano derecha. Mastico los pocos granos de arroz que tengo en la boca pertenecientes a mi comida del día: paella. Ya hace rato que se quedó fría. Tengo los ojos clavados en el infinito.
La televisión está puesta, pero ni siquiera la escucho. Tampoco pestañeo. Sólo pienso.
El desagradable sonido del teléfono móvil me despierta del letargo. Es él. Cuelgo y vuelvo a mi estado comatoso.

Destrozada por dentro.
Noches estupendas, gestos maravillosos... cariño katársico. He desarrollado alergia al amor.
He dedicido rendirme.

No encuentro amor, ni siquiera respeto. Y estoy harta de traficar con mi cuerpo...
Pero me queda un gran vacío, él se llevo todas sus cosas. Y ahora intento llenarme con hojas manchadas con letras (María), música y buena conver(sen)saciones.

Mi búsqueda ha fracasado, una y otra vez.
Quiero esperar y ser encontrada por ese "otro yo" que quiera compartir su vida, su forma de ver el mundo, sus secretos, sus manías y sus innegables virtudes, con esta pequeña lunática a la que han herido tantas veces el corazón...corazón (malhumorado y desconfiado) que seguramente no podrá volver a ser el de antes, pues las heridas profundas nunca cicatrizan del todo.

¿Quién va a querer a un feo corazón lleno de rasguños?

1 comentario:

  1. Esa ultima pregunta es muy sencilla..
    Alguien dispuesto a sanarlo o al menos intentarlo..
    Saludos :) me gusta identificarme contigo.

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